Musa encarcelada por mi alma descarada,
su condena es estar atrapada y aunque mi
espíritu así lo divaga aún se que las rimas
no se dentendrán porque de un corazón
acompañado van a estar, desde el cosmo
hasta donde pueda llegar, sin un principio
mucho menos un final, es como el tiempo
que no se para a descansar, no juzga y se
siente terrenal, surges de la atención o sea
del observar, pero a fin de cuentas el silencio
dentro de mi todo abastecerá...
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